MANIFIESTO POR LOS DERECHOS DE LAS PERSONAS TRABAJADORAS DEL SEXO

La Plataforma Estatal por los Derechos en el Trabajo Sexual exige:

  • Que se reconozcan y se garanticen los derechos de todas las personas que ejercen la prostitución, bien en la calle o en locales cerrados, especialmente el derecho a emigrar, a la libertad de movimientos y a establecer sus propios negocios
  • Que se cuente con la voz de las personas trabajadoras del sexo en todas las medidas legislativas que se tomen en relación a la prostitución
  • Que se reconozca, como plantea una sentencia dictada en 2001 por el Tribunal de Justicia de Luxemburgo, que la prostitución es una actividad económica legítima.
  • Que no se establezcan controles sanitarios obligatorios para las trabajadoras del sexo, porque, además de ineficaces, contribuyen a estigmatizar a las prostitutas como grupos de riesgo.
  • Que, en caso de imposibilidad real del uso compartido del espacio público, se creen espacios públicos, al estilo de los barrios rojos de algunas ciudades europeas, donde se pueda ejercer libremente la prostitución, en buenas condiciones de higiene, seguridad y tranquilidad. La ubicación de dichos barrios debe ser negociada con las personas trabajadoras del sexo y los vecinos en pie de igualdad.
  • Que se persiga de manera fehaciente a las mafiasque obligan y fuerzan a mujeres a prostituirse y las explotan en régimen de esclavitud. Es necesario acabar con la hipocresía de las pomposas declaraciones públicas de rechazo y anatema de estas prácticas inhumanas, internacionalmente organizadas y poner los medios, que los hay, para acabar con ellas, por encima de todo tipo de intereses creados. Exigimos que las acciones que se realicen pongan en primer término la protección de las mujeres que denuncian y se tomen de mutuo acuerdo con ella desde el respeto a los derechos humanos, sin criminalizar a las víctimas.
  • Que se destinen recursos económicos y materiales y alternativas de empleo realesy efectivas, a los que puedan acogerse voluntariamente aquellas personas que, por los motivos que sea, deciden abandonar el ejercicio de la prostitución.
  • Que se reconozca y respete la dignidad de las prostitutas y su capacidad de decidir, sin coacciones, a qué quieren dedicarse y cómo o con quién quieren establecer acuerdos comerciales. Consecuentemente, rechazamos el “hostigamiento” a prostitutas y clientes que se está dando en algunas ciudades de nuestro país, ya que estas medidas no solo no reduce la demanda, sino que favorecen los tratos rápidos y clandestinos con el consiguiente empeoramiento de las condiciones de trabajo de las prostitutas.